DONDE SE REFLEXIONA SOBRE LA LEALTAD ELECTORAL DE LOS EXTREMEÑOS

Ya estamos “do solíamos”. Estamos, pues, en la situación original y peculiar de la parte más meridional de Celtiberia: Andalucía y Extremadura son los únicos territorios de España que votan mayoritariamente al PSOE. No te ofendas tan temprano, Tulio. Solo trato de encontrar una explicación a un hecho excepcional: la lealtad de Extremadura y de Andalucía al PSOE.

Imagina, Tulio, que yo fuera un alma inocente, habitante de un limbo en el que todos los allí  empadronados no tuviéramos la más mínima predilección ideológica ni afectos declarados por ningún partido político. Si no te convence la comparación, propongo esta otra: imagínate que tú y yo perteneciéramos a un departamento de estudios políticos, y nos hubieran entregado el informe completo del sondeo del CIS publicado el 3 de diciembre pasado sobre expectativas electorales para las elecciones generales del día 20. Imagínate que nos pidieran opinión sobre las lealtades electorales de determinados territorios, y reparásemos en el hecho de que solo Andalucía y Extremadura tuvieran voto mayoritario para el PSOE.

Imagínate, Tulio, que el hortelano no hubiera olvidado del todo las reglas de los silogismos y que en una noche de insomnio se sobresaltara balbuciendo estos razonamientos:

 

  • Premisa número uno: Solo Extremadura y Andalucía votan mayoritariamente al PSOE
  • Premisa número dos: Extremadura y Andalucía son los territorios menos desarrollados de España
  • Conclusión: Los territorios menos desarrollados votan al PSOE

 

Razonamiento impecable. La regla del silogismo no te permite dar saltos en el raciocinio. La afirmación y su derivada tienen que tener una relación directa y unívoca. Por ejemplo, de las dos premisas anteriores tú no puedes concluir que el socialismo sea la causa del menor desarrollo de Extremadura y de Andalucía. Pero tampoco podrías rebatir la opinión de que el socialismo favorezca el subdesarrollo de Extremadura y de Andalucía. Todo ello sin certeza absoluta porque alguien te podría replicar con toda razón que existen territorios en Europa donde la socialdemocracia ha gobernado los pueblos más prósperos. Cierto. Luego, “ergo” que decían los latineros, habría que concluir que posiblemente el menor desarrollo de Extremadura y de Andalucía deriva del modo como se ha aplicado el socialismo o la socialdemocracia. Sería, en este caso, cuestión de circunstancia y no de naturaleza. Eso sí, circunstancia tan persistente que a punto está de naturalizarse. Andalucía no ha conocido más gobierno que los de Rodríguez de la Borbolla, Chaves, Griñán y ahora de la dama que aspira a gobernar el socialismo en general. Y me falta uno anterior a Rodríguez de la Borbolla.  En nuestra tierra, los dos sistemas que han conformado la modernidad han estado gobernados, uno por Franco en la dictadura y por Ibarra en la democracia. Antes de Franco, en Extremadura hablaríamos de prehistoria. A Fernández Vara, en su primer gobierno, apenas le dejaron abrir su maleta, y  lo de Monago fue un paréntesis que, me temo, los historiadores van a tener dificultades para clasificarlo.

Dando por hecho que mi silogismo es irrefutable, sigamos conjeturando. Ayúdame, Tulio, a componer una tabla de posibles razones o conjeturas que expliquen la lealtad electoral de los extremeños. Tal cual estas:

 

  1. Los extremeños mayoritariamente piensan que el PSOE gestiona mejor que la derecha las políticas sociales
  2. Los extremeños nos sentimos más cómodos y reconfortados dentro de las políticas asistenciales que en aquellas que exigen mérito y esfuerzo
  3. La derecha extremeña aún no se ha liberado de la imagen de abuso feudal y caciquil que acuñó durante siglos
  4. Los extremeños estamos habituados por razones históricas y culturales a sentirnos gobernados
  5. La mayoría de los extremeños entienden que los gobiernos socialistas subvencionan con más prodigalidad que los gobiernos de derecha
  6. Treinta años de gobiernos del PSOE frente a cuatro del PP han creado vínculos clientelares muy potentes y construido un sistema de absoluta dependencia administrativa y política
  7. Las estructuras de partido del PSOE son más fuertes y dinámicas que las de la derecha

 

Llegado a este punto, yo me atrevería, Tulio, a plantearte esta otra cuestión: ¿hasta qué punto la financiación de la pobreza perpetúa la situación de dependencia? Sobre esta peliaguda cuestión, atrevámonos a plantear tres interrogantes:

 

  1. Las medidas de subvención, tal cual se entiende el “empleo social”, ¿acaso no ayudan indirectamente a prolongar el estado de pobreza?
  2. ¿Se puede salir del subdesarrollo en base a programas subvencionadores?
  • ¿Existe alternativa a corto o medio plazo para superar esta maldita conexión entre pobreza y subvención?

Podíamos seguir enumerando otras intuiciones, pero probablemente las anteriores sean suficientes para construir el informe electoral que nos han solicitado. Bastaría con poner números y cuadros para vestir el diagnostico. No nos han pedido que planteemos soluciones Acuérdate, Tulio, que comentemos más tarde el artículo del director del papel principal de Extremadura que glosa los datos aportados por un alto funcionario de la Junta que sostiene que el 60 % de los presupuestos extremeños son recursos allegados desde fuera del territorio. Ojalá estos datos no lleguen a los papeles de Cataluña sobre todo al conocimiento de ese periodista talibán que abre cada mañana su programa informativo con esta estupidez: “buenos días, catalanes…; buenos y esforzados días para que andaluces y extremeños cobren el subsidio de cada día…”

Tengo para mí, Tulio, que con las políticas sociales pasivas ocurre algo parecido a lo que me sucede en la huerta con algunos virus o plagas, por ejemplo con la cochinilla de los naranjos. Me temo que los bichos se han acostumbrado al medicamento y apenas causan efecto. No encuentro mejor ejemplo en mi pequeño universo hortelano. Fumigo una y otra vez y ¡mira qué lástima mis naranjos! Se han vuelto resistentes a la química. ¿Qué hago, Tulio? ¿Sigo fumigando o cambio el tratamiento? Me estoy perdiendo Tulio en estas disquisiciones y no logro alumbrar ninguna impertinencia. Porque yo quería plantear ahora algo parecido a esto: cómo las constantes históricas, lo que llamo circunstancias, cuando se prolongan el tiempo, toman carta de naturaleza y se fosilizan. Salvo que sobrevenga un agente provocador del cambio. Pero no parece que la lealtad electoral de los extremeños lleve trazas de cambiar, a pesar de que existen evidentes elementos provocadores. El efecto Podemos y Ciudadanos, dicen las encuestas, no afectará en gran medida. Los extremeños hemos entendido que se está muy a gustito al calor de la condición compasiva de los socialistas. Recuerdo una de las anécdotas más aterradoras que escuché en boca de un alto dirigente político extremeño: “si voy a un pueblo y les prometo empleo para todos, salgo de allí a pedradas”. Es verdad que eran los años gloriosos del per. Cierto, Tulio, absolutamente cierto

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Un comentario en “DONDE SE REFLEXIONA SOBRE LA LEALTAD ELECTORAL DE LOS EXTREMEÑOS

  1. Totalmente de acuerdo
    Los extremeños nos sentimos más cómodos y reconfortados dentro de las políticas asistenciales que en aquellas que exigen mérito y esfuerzo

    Me gusta

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